Los abuelos del bebé que murió no sólo deben hacer frente al dolor que está experimentando su hijo o hija, sino que además deben enfrentar su propia pérdida y el sentimiento de haber sido privados de la dicha de ese nieto tan esperado. Los abuelos suelen sentirse impotentes porque no pueden impedir el sufrimiento de su hijo o hija.
A veces, los abuelos no saben cómo brindar su apoyo. Les resulta muy doloroso escuchar por lo que están atravesando sus hijos. Pero pueden preguntarles qué hacer para ayudarlos.
A veces, participar en momentos que recuerden la vida del bebé, como asistir al funeral, encender una vela o plantar un árbol, pueden ayudarles a sentir que están brindando apoyo a los padres en su dolor.
Hagan lo que puedan. Intenten entender que no pueden hacer desaparecer el dolor de los padres, pero sí puede reconocer que el bebé fue parte de la familia, aunque sólo fuera por un breve tiempo, y permitir que los padres lamenten la pérdida a su propia manera.